El pueblo de Aarwangen, en el centro de Suiza, decidirá si el dueño de unas 15 vacas que pastan con su tradicionales cencerros colgados del cuello en un campo aledaño a una zona residencial deberán retirárselos por la noche ante algunas quejas por el ruido.
Dos parejas, residentes en apartamentos alquilados, pidieron a las autoridades que intervinieran para obligar al propietario de los animales a retirarles el cencerro por la noche.
La reacción fue rápida, con abrumadoras demandas por una votación local para proteger el uso tradicional de estas campanas.
«Mi primera reacción cuando escuché la queja fue de sorpresa», comentó a la agencia de noticias AFP el alcalde de Aarwangen, Niklaus Lundsgaard-Hansen, que vive cerca del terreno en cuestión.
«No sabía que las vacas hicieran tanto ruido, pero he sabido que pueden incomodar a algunas personas», agregó.
Los solicitantes solo necesitaban el apoyo del 10% de las personas elegibles para votar en el pueblo, de 4.800 personas, es decir unas 380 firmas, para someter el tema a votación en el sistema suizo de democracia directa.
Sin embargo, 1.099 personas firmaron a favor de la «Iniciativa de la Campana», que busca preservar el derecho de usar cencerros a toda hora.
«Eso es enorme», comentó Lundsgaard-Hansen.
La iniciativa será presentada oficialmente a los votantes este lunes en una asamblea municipal, y, en principio, la votación se realizará en junio.
Antaño, los cencerros eran indispensables para seguir a los rebaños en los pastizales alpinos, pero su utilidad ha disminuido con el uso del GPS. Aún así, continúan siendo un símbolo de la vida rural suiza.
La semana pasada, los rituales de la ganadería alpina, que incluyen la conducción del ganado a los pastos de alta montaña durante el verano portando cencerros decorativos, fueron incluidos en la lista de Unesco de patrimonio cultural.
Además, hubo quejas porque, en algunas iglesias, las campanas redoblan cada 15 minutos, día y noche. La «Iniciativa de la Campana» también pretende proteger esto.