Jinping y Maduro se reunieron en Beijing para profundizar la cooperación en diversos campos y el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas que alcanzará la categoría de «nivel estratégico para todo tiempo», una calificación que el gigante asiático solo otorga a Pakistán, Rusia y Bielorrusia. El líder sudamericano busca respaldo para el ingreso de Venezuela a los Brics.

    El presidente de China, Xi Jinping, anunció este miércoles en una reunión en Beijing con su par de Venezuela, Nicolás Maduro, un fortalecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países que alcanzará la categoría de «nivel estratégico para todo tiempo», una calificación que el gigante asiático solo otorga a Pakistán, Rusia y Bielorrusia.

    «Estoy muy contento de anunciar junto a usted la elevación de las relaciones entre China y Venezuela a un nivel de asociación estratégica para todo tiempo», dijo Xi según imágenes retransmitidas por la televisión estatal y replicadas por la agencia de noticias AFP.

    Xi señaló que está dispuesto a definir con Maduro un plan para el desarrollo ulterior de las relaciones entre ambos países, así como a fortalecer y profundizar la cooperación en diversos campos.

    China «como siempre, apoyará firmemente los esfuerzos de Venezuela para salvaguardar la soberanía nacional, la dignidad nacional y la estabilidad social, y apoyará firmemente la causa justa de Venezuela de oponerse a la interferencia extranjera», dijo Xi a Maduro.

    El líder sudamericano, de 60 años, busca respaldo para el ingreso de Venezuela a los Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), un grupo de economías emergentes que celebró su más reciente cumbre en agosto en Johannesburgo, donde anunció una ampliación a seis nuevos países, entre ellos la Argentina.

    «Podríamos catalogar el grupo de los Brics ampliado como el gran motor para la aceleración del proceso de nacimiento de un mundo nuevo, de un mundo de cooperación donde el Sur Global tenga la voz primordial», sostuvo el sábado Maduro en una entrevista con la agencia de noticias estatal china Xinhua.

    Maduro fue recibido con su delegación en el Palacio del Pueblo, el monumental edificio junto a la plaza de Tiananmen, donde se acostumbra a acoger a los dignatarios extranjeros.

    El mandatario venezolano, que inició su viaje el viernes pasado en Shenzhen y concluirá mañana, llegó a Beijing ayer, después de una gira por Shanghái y otras ciudades chinas, donde firmó un memorando de entendimiento para el desarrollo y modernización de las zonas económicas especiales.

    Relaciones diplomáticas

    Este viaje es una reafirmación de la «amistad» que se afianzó en la era del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), quien encontró en China uno de sus principales aliados junto a Rusia, Turquía e Irán.

    La última visita de Maduro a China había sido en 2018, durante la cual elogió la visión del presidente chino, Xi Jinping, de un «destino común para la humanidad». Este es su undécimo viaje al gigante asiático.

    China, cuyo presidente Xi visitó por última vez Venezuela en 2014, mantiene relaciones estrechas con el Gobierno de Maduro, aislado internacionalmente, y es uno de los principales acreedores del país latinoamericano, cuyo PBI cayó 80% en una década por el efecto de la crisis económica.

    La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, había viajado a Shanghái y Beijing la semana pasada, donde se reunió con el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, para conseguir nuevas inversiones en el sector petrolero y discutir sobre posibles emprendimientos conjuntos entre compañías de los dos países.

    Un mes antes del viaje de Rodríguez, Maduro había firmado los decretos de activación de cuatro Zonas Económicas Especiales, ubicadas en distintas regiones estratégicas del país, a fin de avanzar en la construcción de un nuevo modelo post petrolero.

    La visita de Maduro a China tiene lugar en momentos en que los líderes mundiales se dieron cita en India para una cumbre del G20 en la que el presidente chino está ausente.

    China prestó unos 50.000 millones de dólares a Venezuela en la década de 2010, un monto que el país sudamericano se comprometió a devolver a través de envíos de petróleo.

    En 2018, año en que Maduro ganó unas elecciones que no fueron reconocidas por buena parte de la comunidad internacional por supuestas irregularidades, la deuda ascendía a 20.000 millones de dólares.