El gobierno japonés pidió a Beijing «garantizar la seguridad de los residentes japoneses en China» mientras que las autoridades chinas condenaron la descarga de agua contaminada por radiación nuclear al océano por parte de Japón.
Japón urgió a Beijing «garantizar la seguridad de los residentes japoneses en China», luego de denunciar que se habría realizado una serie de llamadas a empresas niponas desde que la semana pasada comenzó el vertido al mar de las aguas residuales de la planta nuclear Kukushima.
Por su parte, China condenó la descarga de agua contaminada por radiación nuclear al océano por parte de Japón, y pidió al gobierno japonés que detenga esta acción errónea, según declaró jueves un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
Hiroyuki Namazu, un diplomático japonés encargado de asuntos asiáticos y oceánicos, instó a la embajada de China en Tokio a difundir un llamado a la calma, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores publicado este sábado.
«Pedimos encarecidamente al gobierno chino que tome las medidas adecuadas, como pedir a sus ciudadanos que actúen con calma, y todas las medidas posibles para garantizar la seguridad de los residentes japoneses en China y de las misiones diplomáticas japonesas en China», indica el comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
El vertido de algo más de un millón de toneladas de agua depurada procedente de la central – devastada por un terremoto y posterior tsunami en 2011- empezó el jueves. Fue entonces cuando numerosas empresas japonesas denunciaron haber recibido múltiples llamadas procedentes de China.
También se habrían producido incidentes similares en China contra establecimientos japoneses, agregó el diplomático.
La embajada de Japón en Beijing pidió a sus ciudadanos evitar hablar demasiado alto en japonés.
Un empresario de Fukushima, citado por la agencia de prensa Kiodo, declaró que sus cuatro restaurantes y pastelerías habían recibido cerca de 1.000 llamadas el viernes, la mayoría procedentes de China. La compañía decidió desconectar sus líneas telefónicas.
El alcalde de la ciudad, Hiroshi Kohata, denunció en redes sociales que habían recibido cerca de 200 llamadas similares en dos días.
Según denunciaron las autoridades japoneses, escuelas, restaurantes y hoteles locales también fueron objeto de estas llamadas.
Tokio insiste en que la descarga del agua al océano es segura, un proyecto respaldado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
La condena China
Por su parte, China se opuso y condenó la descarga de agua contaminada por radiación nuclear de Fukushima al océano por parte de Japón, y pidió al gobierno japonés que detenga esta acción errónea, declaró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino citado por la agencia Xinhua.
El 24 de agosto, a pesar de las fuertes críticas y la oposición de la comunidad internacional, el Gobierno japonés inició unilateralmente el vertimiento de agua contaminada con material nuclear de Fukushima en el océano.
«China se opone firmemente y lo condena enérgicamente. Hemos hecho serias gestiones ante Japón y le hemos pedido que detenga este acto erróneo», aseguró el portavoz en un comunicado.
Al señalar que la eliminación del agua radiactiva de Fukushima es un tema importante en materia de seguridad nuclear, el portavoz comentó que su impacto va más allá de las fronteras de Japón, y el tema no es de ninguna manera un asunto privado de Japón.
Recordó que desde que la humanidad comenzó a utilizar la energía nuclear con fines pacíficos, no ha habido ningún precedente ni estándares universalmente reconocidos para descargar agua contaminada por radiación nuclear en el océano.
El accidente nuclear de Fukushima, que tuvo lugar hace 12 años, fue una gran catástrofe que ya causó la fuga de grandes cantidades de sustancias radiactivas en el océano, expresó el portavoz, y agregó que podría haber un desastre secundario causado por el hombre, tanto para la población local como el mundo entero, si Japón elige verter el agua en el océano, solo para servir a los intereses egoístas de Japón.
Las fallas de Japón
El portavoz señaló que el gobierno japonés no había podido demostrar la legitimidad y legalidad de la decisión de descarga en el océano, la confiabilidad a largo plazo de la instalación de purificación, y la autenticidad y exactitud de los datos del agua contaminada por radiación nuclear, tampoco ha fallado en demostrar que la descarga oceánica es segura e inofensiva para el medio ambiente marino y la salud de las personas, ni que el plan de vigilancia es sólido y eficaz.
Japón también falló en llevar a cabo consultas exhaustivas con otras partes interesadas, mencionó el portavoz.
Al señalar que el océano pertenece a toda la humanidad, el portavoz señaló que iniciar forzadamente la descarga en el océano es un acto extremadamente egoísta e irresponsable, sin tener en cuenta el interés público mundial.
«Al verter el agua en el océano, Japón está extendiendo los riesgos al resto del mundo y dejando una herida abierta a las futuras generaciones de la humanidad», dijo el portavoz, añadiendo que al hacerlo, Japón se ha convertido en un saboteador del sistema ecológico y contaminador del medio ambiente marino global.
Está infringiendo los derechos de las personas a la salud, el desarrollo y un medio ambiente saludable, lo que viola sus propias responsabilidades morales y las obligaciones en virtud del derecho internacional, sostuvo el portavoz.
Desde el momento en que Japón inició la descarga, se puso en el banquillo de los acusados ante la comunidad internacional y está obligado a enfrentar la condena internacional durante muchos años, subrayó.
«El gobierno chino siempre pone el bienestar de nuestro pueblo en primer lugar, y tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad alimentaria y la salud de nuestro pueblo», agregó el portavoz.