El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, solicitó un visado de turista para poder permanecer en Estados Unidos seis meses más, según comunicó uno de sus abogados al diario británico Financial Times. Bolsonaro voló a Florida a fines de diciembre a dos días del final de su mandato y no asistió a la investidura de su sucesor, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Se cree que ingresó a Estados Unidos con una visa para jefes de gobierno, que expira el martes, puesto que ya no es presidente.
«Florida será su hogar temporal fuera de casa (Brasil)», dijo el abogado Felipe Alexandre, de la firma AG Inmigration. El expresidente «necesita algo de estabilidad, tomarse un tiempo libre y despejar su cabeza» según Alexandre, quien dejó abierta la posibilidad de que Bolsonaro solicite un visado permanente. Sus declaraciones se conocen después de que Flavio Bolsonaro, hijo del exmandatario, sugiriera durante el fin de semana que su padre podría volver a Brasil «mañana, dentro de seis meses o nunca».
Los detalles del viaje
Bolsonaro salió de Brasil el 30 de diciembre y se instaló en una casa del exluchador de artes marciales brasileño José Aldo en Kissimmee, al sur de Orlando. Nueve días después, miles de seguidores del exmandatario ultraderechista, disconformes con su derrota ante Lula en las presidenciales de octubre, invadieron y vandalizaron el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.
Un juez de este tribunal decidió incluir al expresidente en la investigación para determinar quién instigó el ataque contra esas instituciones. En su decisión, el magistrado Alexandre de Moraes citó un video compartido por Bolsonaro en redes sociales en el que se cuestiona la transparencia de los comicios en los que fue derrotado por Lula por una estrecha diferencia de 1,8 puntos porcentuales.
Bolsonaro había indicado días atrás a CNN Brasil su intención de retornar al país sudamericano a fines de enero por razones de salud. Durante su estancia en Florida, el expresidente estuvo dos días hospitalizado al sur de Orlando por una molestia intestinal. El ingreso se debió, según él, a un problema derivado del apuñalamiento que casi le cuesta la vida en septiembre de 2018, justo antes de su elección como presidente.
Críticas demócratas
La situación de Bolsonaro generó polémica en el interior del gobernante partido demócrata en Estados Unidos. El 12 de este mes, 46 congresistas demócratas pidieron por escrito a la Casa Blanca que reevaluara el caso de Bolsonaro y le revocara «cualquier visa diplomática que tenga». Pocos días antes, más de 70 congresistas estadounidenses y brasileños condenaron en una declaración conjunta el ataque de la «extrema derecha antidemocrática» en Brasilia y lo compararon con el asalto al Capitolio del seis de enero de 2021.
La decisión de otorgar visas o no es una prerrogativa del gobierno de los Estados Unidos, que puede cancelarlas si se violan las reglas. Algunos parlamentarios a su vez defienden la deportación del expresidente, algo inviable en este momento ya que el expresidente aún no responde penalmente por el intento de golpe de principios de mes.
En ese contexto, los gobiernos de Brasil y Estados Unidos confirmaron días atrás que Lula visitará al presidente Joe Biden en la Casa Blanca el próximo diez de febrero. El líder de izquierda inició su primera gira internacional con un viaje a Argentina y Uruguay, por lo que Estados Unidos será el tercer país que visite en el inicio de su tercer mandato, en el que aspira a devolverle protagonismo mundial a Brasil.