Más de 1.300 efectivos de las Fuerzas Armadas de Argentina y de Brasil protagonizaron el ejercicio combinado «Arandú», en el que simularon proteger parte del territorio de la provincia de Corrientes de una ficticia invasión al sur de los esteros del Iberá.

    «Arandú» es un vocablo de la lengua guaraní para señalar sabiduría o inteligencia y fue elegido por las Fuerzas Armadas de ambos países para denominar un ciclo trienal de ejercicios combinados que este año completa su edición en territorio argentino con el despliegue de una brigada binacional en el campo de entrenamiento militar «General Ávalos», cercano a la localidad correntina de Monte Caseros.

    En el ejercicio, simularon la recuperación de un territorio ocupado por un invasor extrarregional.

    Bajo un sol radiante que acentuaba los más de 30 grados de temperatura que acompañaron todas las jornadas del ejercicio, militares de ambos países desarrollaban operaciones aéreas y terrestres en simultáneo, en las que los paracaidistas argentinos se lanzaban desde un C-105 «Amazonas» de la Fuerza Aérea brasileña, mientras las tropas aerotransportadas de Brasil saltaban desde un C-130 «Hércules» de la Fuerza Aérea Argentina, en una maniobra de la que también participaron un Cessna 208 y un CASA 212 del Ejército Argentino.

    En los alrededores del aeródromo de la localidad correntina de Mercedes se fue congregando gran parte de los habitantes de la zona atraídos por el movimiento constante de aeronaves de gran porte y la apertura de decenas de paracaídas en los cielos cercanos.

    Aunque no podían acceder al predio que estaba dedicado al ejercicio, muchos registraban videos con sus teléfonos desde el cerco perimetral o intentaban selfies con los aviones de fondo.

    A unos kilómetros de allí, buscando la sombra de las plantaciones de eucaliptus, un grupo de vacas veía pasar una columna de blindados en la que soldados argentinos eran trasladados al supuesto frente de batalla por los anfibios 6×6 «Guaraní» de Brasil, mientras que las tropas brasileñas eran desplegadas por los Vehículos de Combate de Transporte de Personal (VCTP) del Ejército Argentino en un movimiento táctico del que también participaban unidades del Tanque Argentino Mediano (TAM) que hicieron fuego con munición real de sus cañones de 105 milímetros.

    Las tropas de operaciones especiales de ambos ejércitos conformaron una fuerza de tareas combinadas que simuló el ataque a una posición fortificada enemiga para destruir con explosivos radares y misiles además de rescatar un piloto capturado. Ese movimiento fue complementado con helicópteros Bell UH-1H de la unidad de Asalto Aéreo del Ejército Argentino y helicópteros de Brasil que sobrevolaron la zona ametrallando objetivos.

    Además de los 300 militares brasileños y los 341 que conformaron la brigada combinada que realizó todas estas operaciones, otros 686 efectivos del Ejército Argentino apoyaron el ejercicio a través del despliegue del Hospital Militar Reubicable de esa fuerza, la participación de los ingenieros que montaron un puente de pontones inflables sobre el río Miriñay para el cruce de blindados y las tropas que prestaron servicios logísticos y de telecomunicaciones.

    La ceremonia oficial fue encabezada por el ministro de Defensa de la Argentina, Jorge Taiana, quien luego de supervisar el despliegue militar afirmó: «En el marco de este ejercicio vimos más de 1.300 militares en muchas operaciones complejas desarrollándose en simultáneo, maniobras de blindados, lanzamiento de paracaidistas, ingenieros montando puentes, un asalto aéreo y un golpe de mano a cargo de las fuerzas especiales».

    Taiana sostuvo: «Pudimos comprobar que se cumplieron objetivos explícitos como la interoperabilidad de nuestras fuerzas, facilitar la coordinación y compartir experiencias».

    «Pero sobre todo esta operación es una señal que le damos a la región y al mundo de que la cooperación y la alianza estratégica entre Brasil y Argentina es lo que hace fuerte a esta América del Sur que es privilegiada por sus recursos y por sus personas, y que por sobre todo es una región de paz que no tiene armas de destrucción masiva y siempre busca el camino de la resolución pacífica de las controversias con la premisa del respeto a la soberanía de los estados y al multilateralismo frente a cualquier hegemonía que se pretenda imponer sobre nuestros pueblos», abundó.

    «Somos soberanos y queremos decidir soberanamente sobre nuestros destinos, este ejercicio es un paso en ese camino que transmite un mensaje de paz, alianza y cooperación en un mundo que sufre al menos 30 conflictos armados activos; en este mundo en conflicto es que queremos construir esta cooperación que nos ratifica como pueblos de paz decididos a defender está paz y nuestra soberanía», añadió.

    En diálogo con la prensa, el ministro señaló que «esta es una zona evidentemente estratégica de la región, y además este campo de entrenamiento le da las fuerzas armadas la posibilidad de desarrollar en un mismo espacio diversas operaciones».

    «Obviamente la importancia de los ríos Paraná y Uruguay y todo los que se conoce como Cuenca del Plata fue descubierta hace cientos de años, y ciertamente en la medidas que las vías de comunicación y transporte se hacen más importantes y que los recursos naturales se vuelven más vitales desarrollar estos conocimientos sobre la mejor manera de proteger la zona se vuelve indispensable», sostuvo.

    Junto a Taiana participaron de la actividad el jefe de Gabinete del Ministerio de Defensa, Héctor Mazzei; el secretario de Estrategia Militar, Sergio Rossi; el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Francisco Cafiero; el jefe del Ejército, teniente general Guillermo Olegario Pereda, y jefes militares de distintas unidades del Ejército de Brasil.