Las autoridades noruegas aseguraron que el fenómeno no representa un problema medioambiental para su país ni genera riesgo grave para la salud de sus habitantes.
El humo de los múltiples incendios que arrasan Canadá llegó esta semana a Noruega, a miles de kilómetros de los fuegos, informó este viernes el Instituto Noruego de Investigación Climática y Medioambiental (NILU).
Se registraron desde el lunes, unas concentraciones «muy bajas» de partículas de humo, especialmente en la estación de Birkenes, en el sur del país, dijo a la agencia de noticias AFP el investigador Nikolaos Evangeliou.
Las cifras varían en función de la intensidad de los incendios, la orientación de los vientos y las precipitaciones.
«No vemos un pico grave ni un aumento importante; no vemos un problema medioambiental (en Noruega) ni tampoco un riesgo grave para la salud», añadió.
En Canadá, las autoridades consideran que el número de hectáreas quemadas en esta época del año es totalmente excepcional.
El país registra actualmente unos 2.300 incendios forestales y alrededor de 3,8 millones de hectáreas se han quemado, una cifra muy superior al promedio de las últimas décadas.
Los devastadores incendios en este país, concentrados ahora en esta provincia francófona, provocaron la evacuación de más de 20.000 personas y en lo que va de año arrasaron casi 3,8 millones de hectáreas, consignó la agencia de noticias AFP.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, describió esta temporada de incendios como la peor de su historia y advirtió que los recursos «están al límite».
El humo causado por el fuego alcanzó también el noreste de Estados Unidos y se extendió hacia el oeste hasta Chicago y hacia el sur hasta Atlanta, llevando a la Agencia de Protección Ambiental a emitir alertas sobre una zona con más de 100 millones de personas.
La espesa capa tóxica envolvió la Estatua de la Libertad y los rascacielos de la Gran Manzana de un brillo entre naranja y café, retrasó vuelos y forzó el aplazamiento de eventos deportivos.