La descarnada interna nacional del macrismo por la candidatura presidencial se trasladó a la disputa por las candidaturas a gobernador en Santa Fe en medio de alianzas transversales. La senadora radical Carolina Losada confirmó ayer al presidente interino del PRO, Federico Angelini –un hombre del riñón de Mauricio Macri y a quien Patricia Bullrich le confió la conducción partidaria–, como su compañero de fórmula para las primarias del 16 de julio que definirá a los aspirantes a la Casa Gris que competirán en septiembre. Mientras que Horacio Rodríguez Larreta recibió y respaldó en Buenos Aires al otro precandidato santafesino, el radical de Evolución y exministro de seguridad del socialismo Maximiliano Pullaro, a quien acompañan otros referentes del PRO provincial. Losada había pedido abstenciones a los referentes nacionales, pero la interna terminó metiendo la cola.

    El autoproclamado “frente de frentes” que unió en Santa Fe a Juntos por el Cambio, el socialismo y otros partidos menores para enfrentar al peronismo bajo la sigla Unidos para Cambiar Santa Fe, termina cruzado por la interna nacional del macrismo.

    La radical Losada que amagó en más de una oportunidad competir contra el macrismo y el propio Angelini la candidatura a gobernador de Santa Fe dentro de JxC, terminó por pactar una fórmula común con el hombre de confianza de Macri y Bullrich en la provincia. «Es mi compañero de fórmula», aseguró Losada durante una entrevista radial que concedió junto a Angelini. «Somos la primera fórmula confirmada. Para mí es un honor acompañarla a ella en este enorme desafío, que es transformarle la vida a los santafesinos», sumó el diputado nacional y presidente interino del PRO.

    Pero la precandidata radical no tardó en pegarle por elevación a su contrincante interno sin nombrarlo: «No tengo ningún tipo de relación con el narcotráfico, ni con las bandas narcocriminales», dijo Losada en la entrevista. Una frase que iba dirigida a Pullaro, como exministro de Seguridad del fallecido gobernador socialista Miguel Lifschitz. «No voy a tener a nadie relacionado ni un poco con la trama narcocriminal. No podemos aceptar que el lobo se vista de cordero para cuidarnos. Todos sabemos quién es quién en Santa Fe, tenemos que tener buena memoria», había dicho días antes Losada.

    Como contrapartida de la interna macrista, Larreta recibió en Buenos Aires a Pullaro. “Hoy nos reunimos con Maxi Pullaro y conversamos sobre la realidad actual y el futuro de Santa Fe y de la Argentina. Ambos coincidimos en que la manera de llevar el cambio a cada rincón de nuestro país es trabajando juntos y en equipo”, escribió en su cuenta de Twitter en alcalde porteño junto a una foto del encuentro.

    Pullaro replicó en la misma red social la foto de la reunión con Larreta que acompañó con una optimista leyenda sobre el futuro político de ambos: “Vamos a volver a tener un proyecto de país. A las mafias las vamos a poner contra la pared juntos, Nación y Provincia tirando para un mismo lado”.

    El diputado provincial de Evolución Radical, el sector disidente la UCR que encabezan el porteño Martín Lousteau y el cordobés Rodrigo De Loredo, tampoco obvió confrontar con Losada. “Conozco en profundidad cada punto de Santa Fe. Siempre viví y trabajé en Santa Fe”, dijo Pullaro en el lanzamiento de su candidatura para diferenciarse de Losada y pegarle en uno de sus flancos más débiles: la senadora por Santa Fe vive en Nordelta, en uno de los exclusivos barrios cerrados del emprendimiento inmobiliario del norte del conurbano bonaerense.

    Una detalle que Losada prefería omitir y que intentó saldarlo en una promesa de campaña. Ayer, la senadora nacional admitió que no vive ni vota en Santa Fe, pero que si la eligen gobernadora en las elecciones del 10 de setiembre se mudará a la provincia. “¿Qué es vivir en Santa Fe?”, se preguntó. “La mitad de la semana estoy acá. Si soy gobernadora, voy a vivir acá”, se molestó.

    Ambos precandidatos radicales a la gobernación santafesina no dejan de intercambiar munición gruesa que ahora también estará cruzada por la belicosidad de la interna presidencial macrista.