La importancia de reformar la Justicia, la lucha contra el colonialismo y la necesidad de mantener en pie la «rebeldía y la mística» para llevar a la práctica los derechos humanos fueron las principales conclusiones del panel «Repensar los derechos humanos», que abrió los debates de la segunda jornada del III Foro Mundial de Derechos Humanos, en la exESMA.

    Del panel participaron el ministro de Justicia, Martín Soria; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el exjuez de la Corte Interamericana Eugenio Zaffaroni; Fernanda Gil Lozano, directora del CIPDH-Unesco; el presidente para Europa de la Asociación Mundial de Juristas de España, Baltasar Garzón; Fabián Salvioli, expresidente del Comité de Derechos Humanos de la ONU; y Juan Carlos Monedero fundador de Podemos.

    «Todavía algunos se preguntan para qué quieren reformar la Justicia», planteó Soria y recordó que es el único poder que no logró modificarse en 40 años de democracia, y sigue con una estructura de 163 años de antigüedad».

    En su intervención, el ministro contó que el foro «debía realizarse en 2016» pero no se hizo porque entonces «gobernaba gente a la que no le interesan los derechos humanos, ni repensarlos y están preocupados por los negocios y el negacionismo y el discurso de odio», desgranó, en alusión al gobierno de Mauricio Macri. «Luego, en 2017 vino el fallo que marcó un antes y un después en la concepción del Poder Judicial para beneficiar a genocidas», aseguró en relación al 2×1, y destacó que «el pueblo logró pararlo». Soria detalló también que «el gobierno de Mauricio Macri lo primero que hizo fue tocar la Corte poniendo dos magistrados por decreto y hoy tenemos una Corte integrada por cuatro varones, dos santafesinos, un cordobés y un empleado de Clarín, esa es la Corte y así las garantías constitucionales comienzan a peligrar en la Argentina». Apuntó, en ese sentido, que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner parece «no tener» esas «garantías» y resaltó que «hay muchas maneras de incumplirlas» y que en su caso se incumplen «en forma directa».

    Luego, Pietragalla Corti valoró «la ampliación de derechos en los últimos años con gobiernos que se parecían más a su pueblo, en la década pasada, tras los gobiernos neoliberales». Destacó que «el poder económico, el poder real son los que buscan la intromisión en los procesos democráticos» y citó al expresidente Macri, y a sus «familiares que se favorecieron económicamente con la dictadura militar». «Argentina pudo visibilizar cada enemigo del pueblo. Eran CEOs, empresarios que muchos sortearon el juzgamiento por delitos de lesa humanidad como Blaquier el dueño del ingenio Ledesma que fue responsable de la Noche del Apagón», recordó.

    El siguiente orador fue Baltazar Garzón, quien convocó a «la rebeldía para que no nos quiten lo que conseguimos, eso es repensar los derechos humanos, aplicarlos» definió. El jurista español destacó que el Poder Judicial «tiene que defender los derechos humanos», «ellos tendrían que ser los primeros en ejecutar esa protección y no convertirse en escenario del poder. Ese es el gran reto que tienen porque el ejercicio de la administración de justicia es un servicio público, son administradores, no titulares del poder, porque los titulares somos nosotros, los ciudadanos», afirmó y añadió que «ese matiz es fundamental porque de entenderlo así cambia totalmente el escenario». Garzón remarcó que en Argentina «hubo dirigentes que hicieron todo lo que había que hacer y otros que no hicieron nada, Alfonsín lo hizo, Néstor Kirchner fue eslabón fundamental para la recuperación de la memoria» dijo y sumó que la vicepresidenta «ha dado jirones de su vida por este país».

    A su turno, Raúl Zaffaroni afirmó que «hay que reflexionar sobre la lucha por los derechos humanos» y agregó que «lo primero es la soberanía política y económica; nuestros primeros héroes de derechos humanos fueron los libertadores. Un país colonizado trabaja para otro, no puede tener justicia social». Por su parte, Salvioli dijo que «hay que repensar el Estado» y que «es importante reaccionar contra la actividad reactiva del Poder Judicial en todo el mundo», para lo cual hacen falta «voluntad y moralidad». Antes del cierre, Juan Carlos Monedero aseveró que «no existen los derechos humanos sin mística», por lo que llamó a recuperarla, mientras que Gil Lozano insistió en la «necesidad de crear políticas de reparación para las víctimas».