El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenskipidió este miércoles aviones de combate al Reino Unido después de agradecer su apoyo «desde los primeros segundos» del conflicto militar con Rusia, del que se cumplirá un año este 24 de febrero. Zelenski pronunció un discurso ante el Parlamento de Londres luego de reunirse en Downing Street con el primer ministro, el conservador Rishi Sunak, durante su primer viaje a territorio británico desde el inicio de la guerra. Mientras tanto, Rusia busca socios en África para burlar las sanciones occidentales con una gira al Sahel de su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, quien ya visitó Mali y Mauritania y cerrará su periplo en Sudán.

    Durante la reunión con el primer ministro británico, Zelenski subrayó «la importancia de que Ucrania reciba las armas necesarias de los aliados para frenar la ofensiva rusa». Después, frente a los parlamentarios británicos reunidos en un abarrotado Westminter Hall, la enorme sala donde estuvo la capilla ardiente de Isabel II en septiembre, insistió en que la ayuda debe incluir cazas.

    «Les pido, a ustedes y al mundo, palabras sencillas pero muy importantes: aviones de combate para Ucrania, alas para la libertad», afirmó Zelenski desde el mismo lugar donde hablaron en el pasado líderes como el estadounidense Barack Obama o el sudafricano Nelson Mandela. «Haremos todo lo posible e imposible para que el mundo nos proporcione aviones modernos para empoderar y proteger a los pilotos que nos protegerán a nosotros», insistió el líder ucraniano.

    Zelenski fue también recibido por el rey Carlos III, al que le expresó su gratitud «por la cálida acogida y por ayudar a los ciudadanos ucranianos que se refugiaron de la guerra en el Reino Unido». Luego de abandonar territorio británico se esperaba que el mandatario ucraniano viaje a París y más tarde a Bruselas, donde se encuentra la sede de la OTAN y el jueves comienza una cumbre de líderes de la Unión Europea.

    Meses o años para formar pilotos

    El Reino Unido, hasta ahora reacio a suministrarle aviones de combate Typhoon y F-35, afirmó que estudiará esa posiblidad, aunque no la considera inmediata. «El primer ministro ha dado instrucciones al ministro de Defensa para que estudie qué aviones podríamos proporcionar, pero se trata claramente de una solución a largo plazo más que de una capacidad a corto plazo, que es lo que más necesita Ucrania en estos momentos», afirmó un vocero.

    La semana pasada, Sunak consideró que los pilotos ucranianos precisarían «meses» o incluso «años» para aprender a manejar los cazas que utilizan los países de la OTAN. Pero el miércoles propuso ampliar la formación que ya ofrece a las tropas ucranianas «extendiéndola a los pilotos de aviones de caza para garantizar que Ucrania pueda defender su espacio aéreo en el futuro». Sunak agregó que los tanques británicos Challenger prometidos por Londres a Kiev estarán operativos «el mes que viene para defender la soberanía territorial de Ucrania».

    Rusia teje alianzas en África

    Los expertos coinciden en que Rusia prepara una ofensiva de gran envergadura para fines de invierno o inicios de primavera, con el objetivo de conquistar la totalidad del Donbass, que ahora ocupa parcialmente. De gira por África, el canciller ruso Serguei Lavrov subrayó que dicho continente sería una de las claves de la reorientación de la política exterior rusa debido al antagonismo con Occidente por la campaña militar rusa en Ucrania.

    «Al igual que nuestros amigos de Mali y la gran mayoría de los países africanos, consideramos que las antiguas metrópolis deben olvidar cómo conquistaban y explotaban estos territorios, este continente. Deben aceptar que el mundo ha cambiado», dijo Lavrov durante su estancia en Bamako, la capital maliense. Ésta es la segunda gira de Lavrov al continente africano desde principios de año, ya que en enero viajó a Sudáfrica, Angola, Eritrea y Esuatini, lo que despierta el nerviosismo en las capitales occidentales.

    Lo cierto es que ya hay fecha para la segunda cumbre Rusia-África, que se celebrará en julio en San Petersburgo, la ciudad natal del presidente ruso Vladimir Putin, y estará centrada entre otras cosas en la seguridad alimentaria. Moscú aprovecha los antiguos lazos de amistad con los aliados de la Unión Soviética, que apoyó abiertamente a los movimientos de liberación nacional durante la Guerra Fría, pero también los nuevos formatos y actores no gubernamentales. Ese es el caso del grupo de mercenarios Wagner, muy activo desde hace años en países como la República Centroafricana, Sudán, Mozambique o Libia.

    Granos y armas

    Los gobiernos africanos están interesados tanto en el cereal ruso como en su armamento. De hecho, ese tema copó la agenda de las conversaciones de Lavrov. En un intento de paliar la crisis alimentaria, Putin llegó a prometer a mediados del año pasado granos gratis a los países más necesitados, aunque el jefe de la diplomacia rusa acusó en Johannesburgo a Occidente de obstruir esos suministros.

    En el plano militar buques rusos, chinos y sudafricanos efectuarán a finales de este mes maniobras navales conjuntas en la costa oriental de Sudáfrica. Además, Lavrov cerrará su actual gira en Sudán, donde Putin ordenó en 2020 firmar con las autoridades de ese país del Cuerno de África un acuerdo para abrir una base naval en el mar Rojo. Sin embargo, la firma del tratado para la primera base militar rusa en el continente se retrasa, ya que las nuevas autoridades resultantes del golpe militar de octubre pasado no parecen querer enemistarse con Occidente.

    En el marco de ese intento de buscar aliados a la causa en el Sahel, Lavrov visitó este miércoles por primera vez Mauritania, donde fue recibido por el presidente, Mohamed uld Cheij El Ghazuani, al que garantizó que satisfará sus necesidades de fertilizantes, grano e hidrocarburos. Al aterrizar en la región Lavrov denunció «presiones sin precedentes» sobre los países africanos para que condenen «la operación militar especial» en Ucrania.