Un gendarme del Escuadrón 20 de Orán, encargado de custodiar las fronteras, especialmente de los ires y venires del narcotráfico, fue acusado ayer por tomarse esa custodia muy a lo personal cuando fue detenido y en su poder encontraron más de tres kilos de cocaína cuyo origen inicialmente no supo explicar. La imputación fue por el delito de transporte de estupefacientes agravado por ser cometido por un integrante de una fuerza de seguridad abocada a la prevención del narcotráfico.

    La acusación fue impulsada por la Sede Fiscal Descentralizada de Tartagal y se formalizó ante la jueza federal de Garantías de esa ciudad, Ivana Hernández, quien convalidó la imputación y dictó la prisión preventiva del acusado, también solicitada por la fiscalía.

    Al presentar el caso en la audiencia de formalización de la investigación, el fiscal federal Marcos Romero informó que la detención del acusado, Omar De Lima Vianna, se había producido como resultado de una investigación llevada adelante con personal de la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales de Orán.

    Romero sostuvo que todo se inició a raíz de una denuncia anónima, a través de la cual se aportaron datos respecto a la participación del gendarme imputado en actividades de narcotráfico. En vista de ello, y bajo la dirección del auxiliar fiscal Rafael Lamas, se iniciaron tareas de campo e inteligencia criminal.

    El fiscal narró que ayer por la mañana se observó al gendarme salir de su vivienda con un bolso negro y una cubierta para ascender a un vehículo VW Vento, en el cual se dirigió a una gomería ubicada en la avenida Constituyente y calle Aconquija, en esa misma ciudad.

    Agregó que, posteriormente, el imputado abandonó el taller y circuló por inmediaciones del barrio 20 viviendas, para luego dirigirse a la localidad de Colonia Santa Rosa, distante a unos 55 kilómetros. En ese lugar ya se encontraba apostado otro grupo de investigadores, pues se conocía que el gendarme podría hacer una entrega de droga.

    En ese municipio, el imputado fue visualizado al volante del VW Vento en una calle que conduce al cementerio, donde debía encontrarse con otras personas que viajaban en un automóvil Renault Sandero, que también apareció en escena.

    Interceptado

    El fiscal precisó que, a metros de que ambos autos se detuvieran, los ocupantes del Renault Sandero se percataron de la presencia del personal de civil de la Gendarmería Nacional, por lo que se dieron a la fuga. En esa circunstancia fue interceptado De Lima Vianna, quien hasta ese momento no había visto a los investigadores.

    Añadió que, cuando vio a sus colegas acercarse, el imputado puso reversa e impactó con el móvil que lo perseguía para insistir con la fuga, e incluso exhibió un arma de fuego de manera intimidatoria.

    Cuando el acusado pretendía huir en su automóvil -reseñó el fiscal-, los investigadores realizaron disparos con balas de posta de goma, con lo cual se logró evitar el escape. El imputado fue reducido de inmediato y se determinó que el arma que había esgrimido era una réplica.

    Romero explicó que posteriormente, bajo la supervisión del auxiliar fiscal, se constató la existencia de tres paquetes dentro de un bolso que el gendarme llevaba en el asiento del acompañante, que contenían cocaína con un peso de más de tres kilos.

    En el procedimiento también secuestraron dos teléfonos celulares y se prestó inmediata asistencia médica al imputado. Así, se constató que presentaba leves lesiones a la altura del ojo derecho, producto de las esquirlas desprendidas del vidrio de la ventanilla del rodado.

    El fiscal pidió la prisión preventiva por el peligro de fuga y de entorpecimiento de la investigación penal. La jueza a cargo coincidió con los pedidos del fiscal. Y el gendarme quedó detenido.