En el artículo Milei’s Inflation Miracle Distorted by Obsolete Items in Index que Bloomberg, la agencia de noticias económicas más importante del mundo, publicó este miércoles 19 de marzo sobre Argentina y el índice de inflación. Se refiere directamente a la obsolescencia de la composición de la canasta de productos y servicios que se utiliza para medir el índice de precios al consumidor (IPC) que publica todos los meses el Indec.

    La canasta que se usa actualmente es de 2004.

    “La mayoría de los economistas creen que un índice actualizado revelará una inflación superior a las lecturas mensuales actuales, de alrededor del 2,5%. Varios estudios lo indican, y los índices compilados por ciudades y provincias, incluyendo Buenos Aires, arrojan sistemáticamente tasas más altas que la lectura nacional. Incluso el director del Indec [Marco Lavagna] reconoció el año pasado que el índice necesita cambios. Sin embargo, seis meses después, nada ha cambiado”, agrega el medio estadounidense.

    Según Bloomberg, en este caso, Milei y su equipo económico no quieren una actualización de la canasta porque “podría significar problemas, especialmente antes de las elecciones de octubre”.

    El medio económico internacional más influyente reconoce que el “progreso es notable” en materia de inflación, por lo que Milei no quiere hacer nada “que pueda socavar” esa victoria contra la inflación, que es la principal fuente de los índices de aprobación sorprendentemente resilientes del Presidente.

    Bloomberg dice que los argentinos están “aliviados” por la desaceleración de la inflación, pero agrega que “muchos creen que los precios están subiendo a un ritmo más rápido de lo que indican los datos del indec”.

    Si bien los alimentos y los servicios públicos tienen una fuerte ponderación en el índice, la baja participación de servicios esenciales como la salud privada, la educación y las suscripciones digitales no refleja con precisión los patrones de gasto de los argentinos.

    Un ejemplo: en el índice actual, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas tienen el mayor peso sobre el total de la canasta (23,4% en Gran Buenos Aires), mientras que las comunicaciones tienen la incidencia más baja (2,8%).

    Así, por caso, que una suba significativa en los servicios de telefonía no va a tener el impacto en la inflación general que sí tendría la carne (7% del total).

    Las familias en 2004 gastaban mucho más en frutas, verduras y cigarrillos, casi no compraban pasajes aéreos y las zapatillas no eran un consumo tan relevante.