Los días cálidos y también más largos nos invitan a estar afuera y disfrutar al aire libre. Del dossier de nuestra edición de noviembre traemos este espacio maravilloso. Una superficie más que generosa les permitió a los dueños de casa, un matrimonio con dos hijas chiquitas, proyectar un jardín con espacios pensados para distintas situaciones, una más placentera que la otra.
Comer a la sombra
Los muebles más livianos, como estos sillones o los ‘Acapulco que están más abajo, se van corriendo para buscar la sombra o estar cerca de las chicas mientras juegan.
Texturas diferentes
Un cerco de buxus define el espacio y marca la entrada en este lugar con suelo cubierto con piedra bínder de dolomita. En el resto del jardín, especies de fácil mantenimiento: acanthus, calas, hortensias, azaleas, helechos, entre otras.

Cecilia Murray, del estudio StewartMurray, a cargo del paisajismo

Lo primero que se ve al entrar en la casa es la galería, y es la mejor bienvenida. El living con sillones profundos y confortables anima a quedarse aquí.

Para integrarlo, el piso de la galería (SBG) es el mismo que el del living. La pérgola de madera tiene techo de vidrio, para que el espacio se pueda disfrutar con cualquier clima (ni la lluvia los detiene).
El patio

El patio con un tilo maravilloso es el corazón de la casa, porque se ve desde todos los ambientes. La familia tiene ciertos rituales para celebrar su jerarquía, como encender la guirnalda de luces todas las noches.

Además de descansar sobre el verde, la vista agradece la coherencia en los materiales que se mantienen en todos los espacios: distintos tipos de madera, hierro, color negro y óxido. Esto también ayuda a relajarse.

La parrilla mantuvo su lugar original. Cuando no se usan, los bancos curvos de lapacho se acercan a la mesa redonda y son casi imperceptibles (Simpla Muebles). «Cuando las chicas no están y nos quedamos solos, cenamos en el patio. Es como salir a comer afuera, bajo las estrellas, pero dentro de casa», cuenta Ana.