El Banco Central incrementó este jueves en 3 puntos la tasa de interés de los plazos fijos para ahorristas minoristas. Comenzará a pagar 78 por ciento nominal anual, una tasa que en términos efectivos alcanza el 112,9 por ciento. Se trata de una cifra que se ubica por encima de la inflación, que en febrero alcanzó a marcar un nivel del 102,5 por ciento interanual.
La autoridad monetaria tomó esta decisión en la reunión de directorio porque el índice de precios al consumidor de febrero se aceleró al 6,6 por ciento mensual. Para marzo también se espera una inflación de proporciones similares y la entidad busca que las inversiones en pesos no pierdan contra los precios.
En detalle, la tasa de política monetaria regula el rendimiento de las letras de liquidez Leliq a 28 días, las cuales son el principal instrumento del Central para regular los agregados monetarios. Hasta ahora tenían un rendimiento del 75 por ciento y desde la resolución del directorio del jueves la tasa pasará al 78 por ciento.
Por arriba de la inflación
La suba de las tasas de las Leliq se transmiten al resto de los rendimientos en moneda local, permitiendo que los plazos fijos de los ahorristas de hasta 10 millones de pesos pasen a rendir una tasa efectiva ddel 112,9 por ciento. Se trata de un retorno que en términos efectivos supera la inflación del último año.
En la autoridad monetaria aseguraron que seguirán de cerca la evolución de los precios para evaluar la política monetaria. «Se continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar la política de tasas», señaló el Central.
La entidad, a pesar de subir el rendimiento de las Leliq, mantuvo inalterada la tasa de los pases a un día en 72 por ciento nominal anual y las tasas de interés activas reguladas correspondientes a las líneas preferenciales para Mipymes y tarjetas de crédito.
Antecedentes inmediatos
La última vez que la autoridad monetaria había subido la tasa de política monetaria fue a mediados de septiembre, cuando dispuso un aumento en el rendimiento de sus pasivos remunerados, que pasaron de 69,5 a 75 por ciento anual, un nivel que define la remuneración de los depósitos a plazo fijo, las tasas de interés para créditos y otros costos de financiamiento en pesos.
En total, el Banco Central aplicó cuatro subas de tasas de interés desde julio de 2022: una suba de 800 puntos el 28 de julio, que pasó de 52 a 60 por ciento anual; el 11 de agosto una suba de 950 puntos, para alcanzar el 69,5 por ciento anual; el 15 de septiembre otra suba, de 750 puntos, para pasar de 69,5 a 75 por ciento anual; y 300 puntos hoy, para pasar de 75 a 78 por ciento anual.
Contra la dolarización
La lógica de subir las tasas de interés en pesos por encima de la inflación es evitar incentivos a la dolarización de activos y contener las expectativas de devaluación (que impactan en los precios).
Actualmente las expectativas de devaluación están presionadas por la sequía del campo, que adelanta una menor cosecha, menor entrada de divisas, un menor nivel de reservas y tensiones cambiarias.
Algunas de las preocupaciones con la suba de las tasas de interés es que puede generar dificultades para la actividad productiva porque impactan en el nivel de crédito al que acceden las empresas. Al mismo tiempo los retornos más elevados de la tasa de interés de referencia hacen que las deudas en pesos que tiene el Tesoro y el Banco Central aumenten a una velocidad mayor en cada renovación.