El Gobierno azerbaiyano describió el hecho como una «operación antiterrorista» y dijo que el objetivo fue desalojar a soldados de Armenia; mientras que desde Ereván niegan la participación de sus militaries y afirman que se trata de un intento de «limpieza étnica» por parte de Bakú. La Unión Europea y Rusia pidieron el fin del derramamiento de sangre.
Azerbaiyán lanzó este martes una operación militar en Nagorno Karabaj, tres años después del conflicto anterior, y pidió la retirada «total e incondicional» de su rival armenio de este enclave montañoso del Cáucaso en disputa desde hace más de tres décadas, tema que será tratado este jueves en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán anunció el comienzo de los ataques, que describió en su conjunto como una «operación antiterrorista», luego de que seis azerbaiyanos -cuatro policías y dos civiles- murieran al explotar minas en Nagorno Karabaj.
En un comunicado, la cartera dijo que lanzó la operación para desalojar a soldados de Armenia que desde hace tiempo afirma están desplegados dentro de la disputada región del Cáucaso, una acusación que Armenia niega.
«Condenamos enérgicamente la agresión de Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj y el crimen masivo, que es la continuación del uso de la fuerza a gran escala desatado por Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj en setiembre de 2020, hace exactamente tres años. Con el fútil pretexto de «destruir objetivos militares» están siendo bombardeados por parte de Azerbaiyán la ciudad de Stepanakert, otras ciudades y poblaciones», señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia en un comuicado al que accedió Télam.
«La parte armenia ha advertido repetidamente que las continuas acciones agresivas de Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj, la no disimulada retórica belicista, la propaganda absolutamente falsa y condenable de calificar de «terroristas» a la población de Nagorno-Karabaj persiguen un objetivo: someter a la población de Nagorno-Karabaj a una limpieza étnica mediante el uso de la fuerza, para privar a la población de Nagorno-Karabaj de su derecho de vivir y crear libre y dignamente en su patria. Han perseguido el mismo objetivo el cierre ilegal de la única carretera que conecta Nagorno-Karabaj con Armenia, el corredor de Lachín, y el bloqueo total de Nagorno-Karabaj establecidos desde diciembre de 2022.», agrega el texto.
La Cancillería armenia afirma que esta acción bélica «fue precedida por la difusión de información falsa por parte del ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán sobre la colocación de minas y operaciones de sabotaje, que indica la planificación del ataque y la provisión del marco informativo».
Por último, el texto hace una «llamamiento» a la comunidad y los organismos internacionales a que tomen
«medidas claras e inequívocas con el objeto de poner fin a la agresión de Azerbaiyán.»
Los combates han dejado al menos 25 muertos en el bando armenio, incluidos dos civiles, y otro civil fallecido en las filas azerbaiyanas, según reportes de ambas partes.
La presidencia azerbaiyana exigió la capitulación de las fuerzas armenias.
«Que icen la bandera blanca» antes de sentarse a negociar «con los representantes de la población armenia de Karabaj» en Yevlax, una ciudad azerbaiyana.
Esta exigencia del gobierno azerbaiyano es en respuesta al pedido de las autoridades regionales del enclave en disputa, autodenominado como República de Arsaj, de un alto el fuego inmediato y la apertura de negociaciones.
Las autoridades del Nagorno Karabaj indicaron que varias ciudades del enclave, incluida la capital regional Stepanakert, son el objetivo de «disparos intensos» contra infraestructuras civiles.
Los combates tienen lugar «en toda la línea del frente» y el ejército azerbaiyano ataca con «disparos de artillería y misiles, drones ofensivos y aviones de combate», informó el ejército del enclave separatista, según reportó la agencia AFP.
Por su parte, el ejército de Azerbaiyán aseguró que ya tomó más de 60 posiciones armenias en su ofensiva en Nagorno Karabaj.
«Más de 60 posiciones de combate de las fuerzas armenias están ahora bajo control de nuestras fuerzas armadas», dijo un portavoz del ministerio de Defensa azerbaiyano, Anar Eyvazov, en una rueda de prensa.
La diplomacia armenia denunció una «agresión a gran escala» con fines de «limpieza étnica».
También juzgó que Rusia, garante de un alto el fuego pactado en 2020 con fuerzas de paz en el terreno, debería «detener la agresión azerbaiyana».
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, también pidió a Moscú, su aliado tradicional, y a la ONU que actúen. El gobierno armenio asegura que no tiene tropas en Nagorno Karabaj y dio a entender que las fuerzas separatistas estaban solas contra el ejército azerbaiyano.
Desde hace meses que la tensión va en aumento en Nagorno Karabaj, un enclave secesionista en Azerbaiyán de mayoría armenia, que ya estuvo tres guerras en el último siglo.
La primera en 1918 y 1920, que quedó sofocada por la incorporación a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de ambas naciones.
La segunda sobre el epílogo de la URSS, entre 1988 y 1994, donde los combates acumularon más de 30.000 muertos y terminó con la victoria de Armenia, plasmada en el Protocolo de Biskek.
Y la tercera, donde el conflicto armado, entre septiembre y octubre de 2020, se saldó en favor de Azerbaiyán, con unos 3.000 muertos, que dejó un estado de conflicto latente, que acaba de hacer eclosión.
La diplomacia azerbaiyana advirtió que «la única forma de lograr la paz y la estabilidad» es «la retirada incondicional y total de las fuerzas armadas armenias» del territorio y «la disolución del llamado régimen separatista».
En cambio, el primer ministro armenio acusó a Azerbaiyán de querer «arrastrar a Armenia a las hostilidades».
Pashinian aseguró que, aparte del conflicto por Nagorno Karabaj, la situación en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán es de momento «estable».
El clima interno para el gobernante armenio es complejo: manifestantes se concentraron este martes delante de la sede del gobierno armenio en Ereván para reclamar su dimisión.
Estos pedidos fueron interpretados por Pashinian como llamados a un «golpe de Estado».
La oposición armenia ha intentado desalojar del poder al primer ministro, acusándolo de ser responsable de la derrota militar armenia en la guerra de finales de 2020 en Nagorno Karabaj.
Azerbaiyán dijo que había informado de sus operaciones en el enclave a los garantes del acuerdo con que se cerraron los combates de 2020, Rusia y Turquía.
El Kremlin, que está más concentrado en su propia guerra con Ucrania, expresó su «preocupación», dijo el portavoz Dmitri Peskov, asegurando que están tratando de convencer a Armenia y Azerbaiyán de que regresen «a la mesa de negociaciones».
Turquía, un enemigo histórico de Armenia y principal aliado de Azerbaiyán, aseguró, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, que la ofensiva azerbaiyana está «justificada».
Poco después, al hablar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente turco, Recep Tayyib Erdogan, dijo que Armenia no está aprovechando la «oportunidad histórica» que suponen las conversaciones con Azerbaiyán iniciadas en 2020 respecto al conflicto de Nagorno Karabaj.
«Esperamos que haya un acuerdo de paz amplio entre los dos países lo más pronto posible (…) Nagorno Karabaj es territorio de Azerbaiyán. Cualquier otra realidad o cualquier otra situación nunca será aceptada. Todos tienen el derecho a coexistir sobre suelo de Azerbaiyán, incluso los armenios», dijo el mandatario turco.
En medio de los llamados globales a retomar las negociaciones, a pedido de Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU anunció que sesionará el jueves para analizar la situación en Nagorno Karabaj, según informó la agencia Sputnik, citando a fuentes de las Naciones Unidas.