Este nuevo establecimiento carcelario permitirá fundamentalmente disminuir la sobrepoblación y ejercer un mayor control de la seguridad mediante la modernización del sistema y la incorporación de tecnología.

    Luego de la visita del gobernador Rodolfo Suárez, junto con autoridades del gobierno provincial y de la Justicia de Mendoza, el Servicio Penitenciario comenzará con el proceso destinado a la puesta en funcionamiento de uno de los complejos carcelarios más grandes y modernos de Latinoamérica.

    De esta manera, no sólo se ampliará la cantidad de plazas, sino también se mejorarán las condiciones de alojamiento, alcanzando un mayor grado de seguridad, debido a la incorporación de tecnología de última generación, y a la infraestructura con la que cuenta el lugar.

    Almafuerte II posee un sistema de seguridad inteligente que incluye 192 cámaras, sensores perimetrales externos, escáner tipo aeropuerto, sistema de identificación biométrica, data center, centro de monitoreo, videowally un centro de grabación y almacenamiento de filmación. Además de controles electromecánicos a distancia, e inhibidores de señal de telefonía por zona.

    En cuanto a su funcionamiento, el complejo cuenta con una superficie cubierta total de 38.400 m2, distribuidas en tres cárceles independientes. La primera, compuesta actualmente por la Unidad Nº 11 “Centro de Alojamiento Permanente” para adultos mayores de 55 años, y la Unidad Penal de Mujeres, antiguamente ubicada en El Borbollón.

    La segunda, la cual estará destinada al sector de máxima seguridad, compuesta por 4 sectores de 2 Alas cada uno. Este espacio, se diferenciará de los demás, particularmente porque allí, cada Ala estará compuesta por 12 celdas unicelulares, es decir para una persona privada de libertad, teniendo así un cupo total de 96 plazas.

    Y una tercera, compuesta por dos unidades, ubicadas en espejo a la primera cárcel. Es decir, serán dos unidades más, con 4 alas de 16 celdas cada una.

    En total, este establecimiento tendrá una capacidad de 980 camas aproximadamente, y contará con espacios comunes únicamente para los juzgados de ejecución, el centro universitario para quienes cursen sus estudios superiores, la cocina, y otras áreas de trabajo en donde funcionarán talleres específicos.

    Modernización del sistema penitenciario

    El término de modernización del Servicio Penitenciario no solamente está ligado a la tecnología y la seguridad, sino que también refiere al proceso de reinserción social de las personas privadas de libertad, por lo que la educación, el trabajo, la salud y las áreas de esparcimiento estarán garantizadas dentro de los sectores que componen cada una de las Alas.

    Asimismo, este concepto se relaciona también con un ahorro significativo del recurso humano, ya que la infraestructura del complejo permite reducir significativamente el movimiento de personas privadas de libertad para que realicen sus actividades.

    La tecnología de este moderno complejo se destaca en gran parte por la apertura de celdas a distancia y por contar con un sistema de comunicación electrónica entre las personas privadas de libertad y el personal penitenciario.

    En este sentido, es necesario destacar que el cambio de diseño de Almafuerte II obliga a que los efectivos que diariamente cumplan funciones, deban capacitarse en aspectos de gestión y administración, por lo que, el énfasis estará puesto principalmente en la capacitación en materia carcelaria y seguridad inteligente.

    La regionalización de la información, y la supervisión y monitoreo de los datos se relacionan íntimamente con este concepto de seguridad que ofrece el complejo. En tanto que,  la reclasificación de personas hace que la peligrosidad no esté únicamente enmarcada por los daños físicos que ocasionan, sino por su capacidad tecnológica para seguir operando desde la cárcel a través de la telefonía celular, lo que ha derivado en la necesidad de instalar inhibidores de señal.

    Disminución de la sobrepoblación y aceleración de los procesos

    El Servicio Penitenciario de Mendoza, junto con el acompañamiento de distintos entes que componen el Estado, se ha puesto al frente de esta temática para impulsar, no sólo el avance de obras de construcción y reacondicionamiento de complejos, unidades y alcaidías contravencionales, sino también la modernización del concepto relacionado al tratamiento y la seguridad de las personas que se encuentren en contextos de encierro.

    El  proceso para descomprimir las cárceles, y disminuir significativamente la sobrepoblación, ha llevado a nuestra provincia a destacarse en materia carcelaria.

    Es necesario indicar que para el año 2015, el Servicio Penitenciario de Mendoza contaba con 3862 personas alojadas en modalidad intramuros. Este  número se incrementó en la actualidad, llegando a 6008. Esto determina, a diciembre de 2022, una tasa de encarcelamiento con un índice de 277,8 cada 100.000 habitantes, siendo el promedio de dicho índice en Argentina de 211 y en Chile de 223.

    Mendoza se ha convertido en el quinto sistema penitenciario del país. Actualmente, tiene bajo su custodia  6 mil personas alojadas intramuros en los 22 complejos, unidades y alcaidías con los que cuenta.

    No obstante, este crecimiento ha estado acompañado por una importante aceleración de los procesos. Actualmente, el 74% de la población penal se encuentra penada y cumpliendo la sentencia, conforme a la pena recibida por el delito cometido.

    Las inauguraciones

    Todos los complejos, unidades y centros carcelarios tienen tres momentos antes de comenzar a funcionar definitivamente.

    El primero consiste en la recepción de la obra e inauguración por parte de las autoridades gubernamentales. El segundo, es el ingreso de personal penitenciario para la comprobación de los servicios, el diseño planes de emergencia y protocolos de actuación frente a catástrofes, junto con la familiarización del  funcionamiento del sistema de monitoreo y seguridad.

    Por último, el ingreso y traslado de los primeros internos, el cual comienza a concretarse aproximadamente 30 días después de la primera inauguración, y de la comprobación de todos los protocolos y sistemas de seguridad.