La decisión del Supremo Tribunal Federal cayó también sobre su esposa, bajo la sospecha de que se enriquecieron ilegalmente. Es por el supuesto desvío de joyas recibidas por la Presidencia para ser vendidas en casas de empeño de Estados Unidos.

    El Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil, cerró el cerco el jueves contra Jair Bolsonaro y ordenó levantar el secreto bancario y fiscal del exmandatario ultraderechista y de su esposa, Michelle Firmo, bajo la sospecha de que se enriquecieron ilegalmente con la venta de joyas pertenecientes al patrimonio de la Presidencia.

    La decisión fue determinada por el juez Alexandre de Moraes a pedido de la Policía Federal, que investiga el supuesto desvío de joyas recibidas por la Presidencia para ser vendidas en casas de empeño de Estados Unidos.

    Bolsonaro quedó en una situación comprometida luego de que su exedecán Mauro Cid, coronel del Ejército que está preso desde mayo, decidió confesar que vendía joyas entregadas a Brasil por Arabia Saudita y Bahréin por orden del exmandatario para pasarle el dinero. Esta confesión fue anticipada por el abogado de Cid, Cezar Bitencourt, a la cadena Globo y a la revista Veja.

    El escándalo de las joyas es uno de los procesos en los cuales está siendo investigado el líder ultraderechista por el juez Moraes, quien lleva adelante la megacausa del intento de golpe de Estado del 8 de enero pasado perpetrado por bolsonaristas.

    Según las investigaciones, los desvíos de joyas comenzaron a mediados de 2022 y terminaron a principios de este año, cuando Bolsonaro, ya fuera de la presidencia, estuvo durante tres meses en Estados Unidos.

    Por eso, en base a un acuerdo de cooperación con Estados Unidos, el juez Moraes también pidió levantar el secreto de las cuentas bancarias que Bolsonaro y Cid tengan en aquel país.

    El objetivo es saber si el dinero de la venta de joyas llegó al expresidente, tal como informó la Policía Federal a la corte suprema el viernes pasado.

    Una de las joyas fue requerida por el Tribunal de Cuentas de la Unión, pero ya había sido vendida en Estados Unidos, para lo cual se movilizó el abogado de Bolsonaro, Frederick Wassef, quien las recompró para devolverlas. La Policía Federal le confiscó el celular a Wassef el jueves en un restaurante de San Pablo.

    De acuerdo con las normas del Tribunal de Cuentas, los obsequios de Gobiernos extranjeros deben ser incorporados al Gabinete Adjunto de Documentación Histórica (GADH), el sector de la Presidencia encargado de custodiar los obsequios.

    Al mismo tiempo, el hacker Walter Delgatti confesó el jueves ante el Congreso que Bolsonaro lo contrató para simular un fraude en las urnas electrónicas antes de las elecciones, en las que se impuso Luiz Inácio Lula da Silva, y le reveló que había enviado a realizar escuchas al juez Moraes para minar su crediblidad.