El martes, la agencia estatal norcoreana KCNA confirmó por primera vez que King estaba en Corea del Norte y afirmó que el soldado, de raza negra, había huido para escapar de «los malos tratos y la discriminación racial en el Ejército estadounidense».

    Estados Unidos ratificó este miércoles su decisión de repatriar al soldado que cruzó el mes pasado a Corea del Norte y pidió «prudencia» sobre los comentarios que el gobierno de ese país le atribuyó al militar.

    «No cambia nada. Queremos asegurarnos de que llegue a casa sano y salvo«, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, consultada sobre supuestas expresiones de Travis King.

    El martes, la agencia estatal norcoreana KCNA confirmó por primera vez que King estaba en Corea del Norte y afirmó que el soldado, de raza negra, había huido para escapar de «los malos tratos y la discriminación racial en el Ejército estadounidense».

    Jean-Pierre pidió este miércoles a los medios que “consideren la fuente aquí”, algo que juzgó “increíblemente importante».

    En paralelo, un vocero del Departamento de Estado, citado por la agencia AFP, dijo que Washington «no puede confirmar los comentarios atribuidos al soldado King».

    La prioridad de la diplomacia estadounidense «es traer al soldado King a casa, y estamos trabajando por todos los canales posibles para conseguirlo», añadió el portavoz del Departamento de Estado.

    King, de 23 años, no fue visto públicamente ni se supo nada de él desde el 18 de julio, cuando cruzó a Corea del Norte.

    El soldado tenía antecedentes por agresión, se enfrentaba a medidas disciplinarias por su conducta y tenía previsto regresar a Estados Unidos el día antes del incidente.

    Había estado encarcelado durante dos meses por una pelea en un club nocturno y un altercado con la Policía de Seúl, la capital de Corea del Sur.

    Para el 10 de julio había sido liberado con el cargo de «agresión» y escoltado al aeropuerto para regresar a los Estados Unidos, donde iba a participar de una audiencia disciplinaria.

    Según un oficial del Ejército estadounidense, King iba a ser separado administrativamente del servicio cuando regresara a Fort Bliss, en Texas.

    Pero cuando estaba a punto de ser repatriado, el soldado huyó del aeropuerto después de los controles de seguridad y se unió a un recorrido turístico en la Zona de Seguridad Conjunta, un pequeño conjunto de edificios dentro de la zona desmilitarizada (DMZ, por sus siglas en inglés) que separa Corea del Norte y Corea del Sur desde el final de la Guerra de Corea.

    Allí, dejó al grupo de turistas al que se había unido y cruzó ilegalmente la frontera hacia Corea del Norte. Se estima que es el primer soldado estadounidense que cruza desde 1982.