El déficit fiscal del Sector Público Nacional (SPN) se redujo 39 por ciento en mayo  comparación con el año pasado, alcanzando un total de 247.651millones de pesos. En lo que va del año, el déficit acumulado asciende a 1,3 billones de pesos. De esta manera, la meta fiscal establecida con el Fondo Monetario Internacional para el segundo trimestre no se cumpliría dado que el Gobierno se encuentra ya excedido en 83 millones.

    De acuerdo al análisis de los ingresos, gastos y resultados del Sector Público Nacional que realiza mensualmente el Centro de Economía Política (CEPA), la principal razón detrás de este movimiento en las cuentas fiscales es la disminución de los ingresos en términos reales, combinada con una reducción del gasto insuficiente para compensar dicha caída. El gasto totalizó 2,5 billones de pesos el mes pasado, lo que implica una disminución real de 7,5 por ciento. Por otro lado, los ingresos alcanzaron 2,3 billones, es decir que retrocedieron 4,4 por ciento en términos reales.

    El factor principal que afectó a la recaudación fue la reducción de los derechos de exportación que disminuyeron en 670 millones de pesos hasta la fecha, según estimaciones presupuestarias. Esta disminución se atribuye principalmente a dos factores: la sequía y la falta de disponibilidad de dólares provenientes de la venta de productos de soja. Los derechos de importación también cayeron (-2,1 por ciento) debido a la escasez de dólares causada por la sequía durante este año.

    Por otro lado, otros recursos asociados a la actividad económica y los salarios, que tienen un mayor peso en la recaudación, han mostrado un crecimiento real positivo: el IVA aumentó 14,8 por ciento, los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social hizo lo propio en 2,2 por ciento y el impuesto a los Débitos y Crédito se incrementó 12,4 por ciento. Esto demuestra que la actividad económica aún no ha sido completamente afectada por la escasez de dólares. Si no se consideran los impuestos relacionados con el comercio exterior, la recaudación tributaria habría experimentado un crecimiento real de 0,3  por ciento.

    En cambio los gastos totales del SPN experimentaron un retroceso real de 7,5 por ciento. Esta aceleración se debe principalmente a una marcada disminución en los gastos relacionados con prestaciones sociales y asignaciones (-20 por ciento) y de las transferencias a provincias (-29 por ciento). La caída en las prestaciones sociales puede explicarse por la naturaleza de la fórmula de movilidad vigente, la cual establece aumentos en función del crecimiento de la recaudación y los salarios. No obstante, a lo largo del año, dicha disminución fue compensada mediante bonos de suma fija otorgados. Es importante destacar que la caída en los desembolsos fue menor que en meses anteriores, debido a un incremento en los gastos asociados a los subsidios energéticos (+26 por ciento). En meses anteriores, las reducciones habían sido de 16 por ciento en febrero, de 75 por ciento en marzo y de 6 por ciento en abril.

    Los gastos de capital a través de la obra pública continúan a buen ritmo. El mayor concepto se registra en las obras relacionadas a infraestructura energética (+451 por ciento real) y educación (+14 por ciento real), donde la obra más relevante es el Gasoducto Néstor Kirchner.

    Con estos resultados, la dinámica de ingresos y gastos se complejizó mucho en 2023 y las primeras dos metas fiscales con el FMI no se cumplieron según los parámetros vigentes a la fecha. Durante una exposición ante empresarios de la construcción, el ministro de Economía, Sergio Massa, sostuvo que «se está tratando de saldar la discusión del próximo semestre, o dos trimestres, con el FMI y, en las próximas horas, se va a conocer el programa con el organismo».

    En base a los dichos del propio ministro e incluso a lo comentarios del FMI en la cuarta revisión del acuerdo, es grande la posibilidad de que la meta fiscal de marzo y la de junio sean modificadas durante la próxima revisión. Si esto no sucediera, el gobierno debería solicitar otro waiver por este criterio de ejecución (recordemos que ya solicitará un waiver por la meta de reservas internacionales).

    Gran parte del incumplimiento de las metas fiscales se produce por los efectos de la sequía en la recaudación de impuestos relacionados al comercio exterior, pero también a los relacionados a la actividad económica. Al mismo tiempo se puede notar el compromiso del gobierno por reducir el gasto dando curso a la segmentación de tarifas. Estas dos cuestiones pueden ayudar al gobierno para que no sea necesario pedir un waiver por lo fiscal y que sean reformadas las metas.