PASO sí o PASO no: hasta que Cristina Fernández de Kirchner no defina el armado electoral final del Frente de Todos, el variopinto conjunto de postulantes que ya se calzó el traje de precandidato estará pujando por la posibilidad de dirimir las candidaturas por internas. Sin embargo, lo que antes venía siendo una empresa en solitario de Alberto Fernández – y sus candidatos -, se muestra hoy con un mayor número de partidarios en las filas del kirchnerismo. El último en pronunciarse en este sentido fue el propio Eduardo «Wado» de Pedro, quien afirmó que «lo más probable es que haya una competencia interna en nuestra fuerza». Las declaraciones del funcionario camporista se dieron a la par de que Victoria Tolosa Paz anunciara que competiría para ser gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, potenciando así un escenario de incertidumbre a 23 días del cierre de listas.
Bendecido por la propia vicepresidenta, «Wado» de Pedro viene embarcado en un frenesí de apariciones, giras y desembarcos desde hace más de una semana. Respaldado por el aparato territorial del gobernador Axel Kicillof, los intendentes alineados con Máximo Kirchner y las centrales sindicales cristinistas, el ministro de Interior se ha dedicado a alternar reuniones bilaterales con una presencia casi constante en el territorio bonaerense. Y, allá donde pisa, logra anotarse los apoyos de quienes antes habían coreado «Cristina presidenta». E incluso de algunos más, como el respaldo que más de 40 gremios agrupados en la Mesa Nacional Sindical le dieron ayer a su eventual candidatura en la sede del Sindicato de Obreros de Maestranza de la República Argentina (entre los que se encontraba el triunviro de la CGT, Carlos Acuña). Y es que de acá al cierre de listas, el ministro está en una misión: instalar su candidatura, sumar aliados e incrementar, así, su escaso nivel de conocimiento de modo de poder convertirse en el candidato indiscutido del kirchnerismo. Ahora, si ese proceso de instalación derivará en una candidatura de unidad de todo el FdT es algo que el propio Wado de Pedro siempre puso en duda.
«Dentro de nuestra fuerza hay una discusión porque algunos quieren consensuar candidatos y otros no. Por eso, por las características de la ley de las PASO, si hay un sector que no quiere participar del consenso, lo más probable es que haya una competencia interna en nuestra fuerza», deslizó, el jueves, el ministro de Interior en declaraciones radiales. Hasta entonces, sin embargo, la postura del cristinismo – con la excepción del frente que comanda Juan Grabois – había sido sostener que CFK debía tener la «lapicera» para señalar al candidato que mejor sintetizara «identidad con competitividad». Con el objetivo de desalentar una PASO, Máximo Kirchner, incluso, había advertido ya hace dos semanas en una reunión de intendentes que quien quisiera competir – ya fuera Daniel Scioli, Agustín Rossi o quien fuera – tendría que armar su propia lista para cada tramo de la boleta. De Pedro, sin embargo, se diferenció: «La sociedad ya vio las discusiones internas y notó que no eran cuestiones personales ni políticas, sino que tenían que ver con formas de encarar la gestión y de resolver los problemas».
«Si hay que ir a una PASO iremos a una PASO madura», señalaron desde las filas de un «wadismo» incipiente. En esa línea, ya varios dirigentes kirchneristas habían ido advirtiendo que, de ser imposible arribar a un acuerdo, lo ideal sería avanzar en una interna «controlada», con pocos candidatos. «La situación cambió, antes Cristina todavía podía ser candidata», señaló quien fuera uno de los principales impulsores del operativo clamor por la candidatura de la vicepresidenta. El Frente Renovador, mientras tanto, ya dejó en claro – una y otra vez – que no quiere saber nada de otra cosa que no sea un candidato de unidad. «Ponele que Scioli va a una PASO con Wado y Sergio, el tipo te saca solo 3 puntos pero termina haciendo que los candidatos del FdT queden terceros frente a Bullrich y Milei. Al día siguiente el gobierno amanece derrumbado», cuestionó un dirigente cercano a Sergio Massa. El Frente Renovador tendrá su Congreso partidario el 10 de junio y, en la previa de las discusiones por las candidaturas, no ha perdido oportunidad para poner en duda – aunque sea como amenaza – la unidad del frente. «La relación entre Sergio y Cristina es muy buena, pero tenemos muchos dirigentes que vienen de estar muy enfrentados con el kirchnerismo que no quieren firmar nada a libro cerrado», matizó un dirigente massista.
En el mientras tanto, el presidente Alberto Fernández, desplazado del nuevo acuerdo sellado entre CFK y Massa, continúa presionando por una PASO como última estrategia. La última en salir a presionar fue la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, quien confirmó que sería precandidata a gobernadora bonaerense en un armado interno que incluye la postulación presidencial de Scioli. «Con mujeres como Victoria, garantizamos capacidad y compromiso para construir una Argentina con más oportunidades para todos», celebró el embajador en Brasil mientras recorría, junto a su aliada política, una fábrica de alfajores en Tres de Febrero. Scioli, que insiste en que él no se baja de la carrera presidencial ni aunque Cristina lo llame, viene armando hace días – junto a su jefe de campaña, Alberto Pérez – una estructura territorial que le permita tener su propio listado de nombres en el caso de que la amenaza de Máximo se cumpla y se vea obligado a presentar candidatos para cada tramo de la boleta.