El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica advirtió que la seguridad en la planta nuclear es susceptible de sufrir un accidente de grandes proporciones que agravaría la guerra entre Ucrania y Rusia y causaría conmoción mundial.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, advirtió este martes, ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la seguridad en la estratégica planta nuclear de Zaporiyia sigue siendo «extremadamente frágil y peligrosa», y susceptible de sufrir un accidente de grandes proporciones que agravaría la guerra entre Ucrania y Rusia y causaría conmoción mundial.
Grossi resaltó que en hasta siete ocasiones -la última de ellas hace apenas una semana- la central ubicada en Ucrania quedó desconectada de la red eléctrica, teniendo que depender de generadores diésel de emergencia.
Para el jefe de la agencia nuclear, esta situación representa «la última línea de defensa contra un accidente nuclear».
«Las actividades militares continúan en la región y podrían aumentar considerablemente en un futuro próximo; la planta ha estado operando con personal significativamente reducido y, pese a estar en cierre temporal, esto no es sostenible», sostuvo.
El funcionario volvió a recordar los siete puntos para garantizar la seguridad nuclear durante un conflicto armado, entre los que se encuentran sistemas eficaces de vigilancia, el pleno funcionamiento de las instalaciones y la integridad física de los reactores o depósitos de residuos radiactivos.
De esta forma, Grossi reiteró que la central de Zaporiyia «no debe utilizarse como almacén o base para armas pesadas» y subrayó que, en aras de mantener la seguridad nuclear, «no debe haber ataques de ningún tipo desde o contra la planta».
«Pido a los distinguidos miembros del Consejo de Seguridad que los apoyen sin ambigüedades. Permítanme decir algo muy claro: Estos principios no van en detrimento de nadie, sino en beneficio de todos», concluyó Grossi, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Días atrás, Grossi, había deslizado la posibilidad de que la zona de seguridad alrededor de la planta que se disputan ferozmente Rusia y Ucrania sea implementada antes de fin de año.
Indicó que estaba multiplicando sus esfuerzos para que tanto Rusia y Ucrania, como el resto de la comunidad internacional, apoyen las propuestas del OIEA para evitar que las hostilidades en Ucrania deriven en un accidente de grandes proporciones.
Alegó que la importancia de la creación de una zona de seguridad alrededor de la planta es crucial por el hecho de que «el riesgo de una emergencia sigue creciendo cada día».
La central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa se encuentra en la provincia homónima situada en el sudeste de Ucrania, cerca de la ciudad de Energodar.
Rusia y Ucrania se acusan periódicamente de bombardear sus instalaciones, situadas en una zona controlada desde marzo de 2022 por las tropas del Kremlin.
Moscú sostiene que su presencia militar en la planta persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos, pero Kiev denuncia constantes ataques que incluso causan víctimas civiles, además de daños materiales.
El OIEA lleva meses intentando acelerar la creación de una zona de seguridad en torno al lugar.