El programa busca ofrecer mayor crédito para las compras domésticas en un pago o en cuotas. Al mismo tiempo, aumentrá en 25% el margen de adelantos en cuenta corriente para mipymes.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este lunes un acuerdo con los bancos públicos y los privados de capital nacional para subir el límite de consumo con tarjetas de crédito. El objetivo es impulsar el consumo del mercado interno. La medida contempla un incremento del 30 por ciento en los límites de compras con pago en cuotas con tarjetas de crédito y del 25 por ciento para las operaciones de compra en un solo pago. Además, se aumentarán en un 25 por ciento los márgenes del adelanto en cuenta corriente a MiPymes. El 22 por ciento de la deuda del sector privado es explicada por financiamiento con la tarjeta de crédito.
En el equipo económico consideraron que esta medida es clave para incrementar el nivel de financiamiento disponible de hogares y de empresas, y a través de este mecanismo, motorizar los niveles de demanda agregada de la economía. El objetivo del Palacio de Hacienda es sostener el consumo del mercado interno, aumentar el nivel de inversión y compensar el fuerte impacto de la sequía.
“Valoramos enormemente la decisión de los bancos públicos y privados de capital nacional, que toman la decisión de ayudar a consolidar el consumo a partir de aumentar el cupo de tasa, el cupo de endeudamiento de crédito para los beneficiarios de tarjeta de crédito, a partir de aumentar el cupo de crédito en el primer pago, de aumentar la capacidad de financiarse en cuenta corriente con el caso de las Pymes o las MiPymes, que todos sabemos que todos los días corren al banco”, destacó Massa durante el anuncio.
El ministro de Economía afirmó que «mejorar el acceso al crédito puede ayudar a compensar parte de la caída de la actividad por la sequía«, al anunciar la ampliación de hasta el 30 por ciento en los límites de financiamiento para compras con tarjetas de crédito a familias y en los topes de márgenes para adelantos de cuentas corrientes para pequeñas empresas.
«Tenemos que seguir mejorando el acceso al crédito de la gente, tenemos que mirar la situación de endeudamiento, entiendo que sólo es el 10 por ciento de los que tienen tarjeta. Con estas medidas entendemos que podemos subir enormemente el volumen de consumo con tarjeta que hoy está bajo, en términos de rango en la capacidad prestable en Argentina», sostuvo el ministro.
Massa destacó “la importancia de articular un Estado regulador y bancos privados y públicos para que las medidas de consumo beneficien a más de 300 mil pymes y más de 39 millones de tarjetas”. Por ejemplo, cada 10.000 pesos que hasta ahora estaban disponibles para comprar con tarjeta, se suman con la nueva medida 3000 pesos extras disponibles para gastar.
En el caso de una familia que cuenta con 50.000 pesos de crédito disponible en su tarjeta, ahora tendrá cerca de 65.000 pesos, en función de los números adelantados por el Palacio de Hacienda. Una de las ventajas de la medida es que permitirá a las familias acceder con el Plan Ahora 12 a más bienes.
“Es destacable que la carga total de la deuda de las familias es acotada, ya que representa 10,4% de la masa salarial (a noviembre 2022). También, la deuda con irregularidad en el pago es de apenas 2,3%, con un nivel máximo de 4,3% en el segundo decil de ingresos y mínimo de 0,9% en el de mayores ingresos”, indicó Massa.
En el Palacio de Hacienda, en tanto, anunciaron horas antes, este mismo lunes, una nueva línea de financiamiento por un monto total de 130 millones de dólares que serán destinados a mejorar la productividad de pequeñas y medianas y ayudar a la transición de las pymes argentinas hacia la industria 4.0.
«Impulsar la digitalización industrial de las pymes argentinas», fue la consigna con la que Massa y José de Mendiguren (secretario de Industria y Desarrollo Productivo) pusieron en marcha el programa para promover la innovción.
Los fondos con los que se financiarán la nueva línea serán aportados por organismos multilaterales: 80 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y 50 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).