Muchos desplazados internos se refugian en casas de familiares, mientras que otros se reúnen en escuelas, mezquitas y edificios públicos. Unas 150.000 personas huyeron a países cercanos desde que estallaron los enfrentamientos el pasado 15 de abril.

    Los sangrientos combates entre una fuerza paramilitar y el ejército de Sudán dejaron más de 700.000 desplazados internos desde que se iniciaron a mediados de abril, el doble de lo registrado hace una semana, afirmó el organismo de la ONU para las migraciones.

    «Ahora hay más de 700.000 desplazados internos por los combates que comenzaron el 15 de abril. Es más del doble» del número contabilizado el martes pasado, que era de 340.000 personas, explicó Paul Dillon, vocero de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

    Incluso antes de que comenzaran los combates, 3,7 millones de personas estaban registradas como desplazados internos en Sudán, recordó Dillon.

    «Muchos desplazados internos se refugian en casas de familiares, mientras que otros se reúnen en escuelas, mezquitas y edificios públicos», explicó Dillon, informó la agencia de noticias AFP.

    «Muchos desplazados internos se refugian en casas de familiares, mientras que otros se reúnen en escuelas, mezquitas y edificios públicos»

    Unas 150.000 personas huyeron a países cercanos desde que estallaron los enfrentamientos, según cifras compiladas por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).

    Sudán se encuentra sumido en el caos desde el 15 de abril, cuando estallaron enfrentamientos entre el Ejército, liderado por el general Abdel Fatah al-Burhan, y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) del general rival Mohamed Hamdan Daglo.

    Los desacuerdos entre ambos bandos rivales se basan principalmente en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas con el fin de reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del autocrático expresidente Omar al Bashir.

    Su gobierno de 30 años fue reemplazado por otro civil que fue derrocado en 2021 por Al Burhan y Daglo.

    Esta disputa bloquea la transición democrática exigida por la comunidad internacional para reanudar su ayuda a Sudán, un país árabe del noreste de África que está entre los más pobres del mundo.

    Turquía intenta lograr un acuerdo

    En tanto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, le comunicó al jefe del Ejército de Sudán la disposición de Ankara para «acoger conversaciones» con las paramilitares FAR para intentar lograr un acuerdo para poner fin a los combates.

    La Dirección de Comunicaciones de Turquía ha indicado en un mensaje en su cuenta en Twitter que la conversación tuvo lugar para «abordar los acontecimientos en Sudán».

    Erdogan «continuará sus esfuerzos, en contacto con Naciones Unidas, para garantizar que las necesidades humanitarias urgentes del pueblo sudanés son satisfechas», agregó el tuit.

    La oferta de Erdogan llega después de que el Ejército de Sudán y las FAR iniciaran el fin de semana unos contactos preliminares en Arabia Saudita, en la que ese país y Estados Unidos intentan mediar y lograr un alto el fuego.

    Sin embargo, las negociaciones en la ciudad saudita de Yeda están estancadas, dijeron fuentes diplomáticas citadas por AFP.

    Los combates causaron hasta ahora unos 750 muertos y al menos 5.000 heridos, según la ONG Acled.

    El conflicto provocó múltiples advertencias de organismos de la ONU sobre una crisis humanitaria «catastrófica».