La balanza de pagos del último trimestre del año pasado arrojó un superávit tal que las reservas del Banco Central aumentaron en 5969 millones de dólares. Ese incremento, producto en primer lugar del efecto incentivo que generó el programa del «dólar-soja» en el sector agropecuario, permitió que el Gobierno cumpliera con la meta acordada con el FMI.
El panorama para este año luce mucho más complicado, de ahí que el Gobierno pidiera al Fondo más flexibilidad en el objetivo de acumulación de reservas. De acuerdo a los datos publicados por el Indec, del total de deuda pública acumulada para finales del año pasado, el 92 por ciento corresponde al sector público nacional, lo cual suma 147.784 millones de dólares.
La deuda del Estado nacional se compone de 76.431 millones de dólares con organismos internacionales, donde sobresale el crédito con el FMI por 45.707 millones, seguido del BID (15.648 millones), el BIRF (9205 millones) y la CAF (3931 millones), entre otros. En tanto, hay 66.005 millones en títulos de deuda con manos de acreedores privados.
Si se suman los pasivos del sector privado, la deuda externa a finales de año pasado se ubicó en 276.694 millones de dólares medido en valor nominal, un incremento interanual del 1,4 por ciento.
La deuda total del Estado nacional junto a las provincias sumó 160.690 millones de dólares, un avance interanual del 5,3 por ciento. A diferencia de la deuda del Estado, que subió, las empresas no financieras y los hogares presentan una deuda de 82.782 millones, lo cual implica una baja interanual del 5,8 por ciento. Al finalizar el cuarto trimestre, el sector privado contaba con 360.535 millones de dólares en activos financieros o inversiones directas.
Los sectores
El caudal de divisas que el Central pudo incorporar a fines del año provino de las exportaciones, que se ubicaron en los 21.224 millones de dólares, frente a los 19.655 millones del mismo período del año pasado.
Al mismo tiempo, las importaciones, contenidas por el grifo de dólares que controla el Ministerio de Economía, acumularon 15.700 millones de dólares, frente a 16.027 millones del cuarto trimestre de 2021. También crecieron las exportaciones de servicios, de 2784 millones a 4090 millones de dólares en la comparación interanual.
De acuerdo a los datos relativos al cuarto trimestre del 2022, el principal sector aportante de divisas de la economía fue el complejo sojero, con 6947 millones de dólares de ingresos por exportaciones, mientras que el complejo maicero hizo lo propio con 1605 millones de dólares.
Le siguieron en importancia el complejo petrolero-petroquímico, con 2521 millones de dólares de ingreso pero 1699 millones de egresos, lo cual da un saldo de 822 millones. El complejo automotriz registró ventas por 2515 millones de dólares y compras al exterior por 2438 millones, con lo cual terminó con un saldo de 77 millones de dólares.
El rubro viajes tuvo un ingreso de divisas de 1156 millones, pero también anotó salidas por 1466 millones, lo cual implica un rojo neto de 310 millones de dólares. En los servicios de transporte, las exportaciones alcanzaron los 605 millones pero las importaciones llegaron a los 1446 millones, un déficit neto de 861 millones.
En el caso de la renta que genera la inversión directa, los ingresos (de empresas nacionales que ganan dinero en el exterior) sumaron 338 millones, mientras que los egresos (firmas extranjeras que operan en el país y giran divisas) acumularon 2113 millones, con un saldo negativo de 1775 millones de dólares.
Del total de 6344 millones de dólares que ingresaron de forma neta al país, en el cuarto trimestre el Banco Central adquirió un total de 5969 millones de dólares, que pasaron a formar parte de las reservas internacionales. Prácticamente, todo ese volumen de divisas se explica por la liquidación del agro a partir de los beneficios del dólar-soja.