El presidente peruano aceptó la dimisión de Aníbal Torres, su cuarto jefe de Gabinete, en medio de una crisis permanente entre el gobierno de izquierda y el parlamento dominado por la derecha.
En un sorpresivo mensaje al país que pronunció al filo de la medianoche del jueves, el presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció que renovará a su gabinete ministerial tras aceptar la renuncia de su primer ministro, Aníbal Torres, causada por una nueva pugna con el Congreso.
«Habiendo aceptado la renuncia del premier, a quien le agradezco su trabajo por el país, renovaré el gabinete», dijo Castillo en su mensaje transmitido desde Palacio de Gobierno por la televisora estatal.
La renuncia de Torres se produjo en medio de un nuevo enfrentamiento entre el Ejecutivo de izquierda y el Legislativo, controlado por las bancadas de derecha.
Horas antes de que se anunciara la renuncia, el jefe del Congreso, José Williams, había anunciado que «la Mesa Directiva rechaza de plano la cuestión (del voto) de confianza» planteada por el renunciante primer ministro hace una semana.
El responsable del Parlamento alegó que la decisión se tomó sin necesidad que el pleno debata la propuesta del gobierno «por tratarse de materias prohibidas para el planteamiento de dicho tema», según la ley, reflejaron las agencias de noticias AFP y Europa Press.
El voto de confianza
El gobierno recurrió a la figura del voto de confianza respecto a un proyecto de ley del Ejecutivo en el cual plantea proponer un referendo, sin pasar por el filtro del Congreso.
Torres, un abogado de 79 años que asumió el cargo en febrero, había advertido que renunciaría si el Congreso no debatía el proyecto de ley sobre el referendo.
Castillo quiere promover una consulta sobre la Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna (1993) que promueve el libre mercado y convirtió a Perú en una de las economía más abiertas de la región, pero también con mayor desigualdad.
El renunciante es el cuarto jefe de gabinete en dejar el cargo desde que Castillo asumió el poder hace 16 meses.
El presidente peruano deberá nombrar un quinto gabinete en los próximos días, en momentos que enfrenta seis investigaciones de la fiscalía por supuesta corrupción y colusión.
Es tradición en Perú que todos los ministros pongan sus cargos a disposición del presidente cuando dimite el primer ministro, quien es el encargado de la coordinación entre los miembros del gabinete y de llevar las relaciones del Ejecutivo con los otros poderes del Estado.
Ratificación del Congreso
El nuevo jefe de gabinete debe ser ratificado por el Congreso en un plazo máximo de 30 días a partir del día de su designación.
En caso de que el Congreso niegue el voto de confianza al nuevo gabinete, el gobierno considera que está habilitado legalmente para disolver el Congreso, de acuerdo con la Constitución de Perú.
«El presidente lo ha dicho en su mensaje a la nación: que se ha denegado la confianza al Poder Ejecutivo y es por eso que va a renovar el gabinete y sobre esa base habrá un nuevo premier o una nueva premier», dijo a la radio RPP el ministro de Trabajo, Alejandro Salas, habitual vocero del gobierno.
Esta aclaración abre las puertas a una interpretación pues el Congreso ha dicho que no le ha negado la confianza a Torres sino que su pedido era rechazado por improcedente, razón por la cual no se debatió en el pleno.
Torres acompañó a Castillo desde su época de candidato a la presidencia y fue designado ministro de Justicia en el primer gabinete del Gobierno, cargo que desempeñó hasta febrero.
Además del cerco judicial, Castillo ha enfrentado dos intentos de destitución del Congreso, y cuenta una desaprobación de 66% según los sondeos.
Esa creciente tensión llevó a Castillo a denunciar un supuesto golpe de Estado en marcha y pedir a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que intervenga, invocando la Carta Democrática Interamericana.
Una misión de la OEA visitó Lima esta semana y se reunió con autoridades y opositores para tomar el pulso a la pugna entre poderes.
La nueva crisis política estalla el mismo día que una comisión del Congreso acordó tramitar una imputación de la fiscalía contra Castillo, a quien investiga por supuesta corrupción y pide separarlo temporalmente del cargo.
Castillo, en el poder desde julio de 2021, ya ha enfrentado dos intentos de destitución en el Congreso. Alega, además, que no puede ser investigado hasta el final del mandato, en julio de 2026.