El convenio fue prolongado este jueves por cuatro meses. rusos y ucranianos son de los mayores exportadores de trigo, girasol, cebada y maíz y su producción es vital para países importadores netos de alimentos.

    El acuerdo para permitir la exportación de cereales ucranianos y de fertilizantes rusos a través del mar Negro durante la guerra fue prolongado este jueves por cuatro meses, según confirmaron las partes en conflicto, aliviando así los temores a una crisis alimentaria, en medio de una nueva ola de ataques de las fuerzas del Kremlin en Ucrania.

    «Tras las conversaciones cuatripartitas organizadas por Turquía, el acuerdo sobre el corredor de cereales del mar Negro se prorrogó 120 días a partir del 19 de noviembre», indicó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en un mensaje en Twitter.

    Edrogan expresó su beneplácito por la prórroga y dijo que, con la salida de Ucrania de 500 barcos en cuatro meses, «la importancia y los beneficios de este pacto para el suministro alimentario y la seguridad del mundo son algo evidente».

    Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, celebró la noticia sobre la continuidad del pacto y reiteró que es «esencial para bajar los precios de los alimentos y los fertilizantes y evitar una crisis alimentaria global» derivada de la guerra en Ucrania.

    El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también celebró en Twitter la extensión del acuerdo, cuya vigencia expiraba en dos días, como «una decisión clave en la lucha global contra la crisis alimentaria».

    En las últimas semanas se llevaron a cabo intensas negociaciones bajo los auspicios de la ONU para garantizar la prórroga del acuerdo, mientras que más de 10 millones de toneladas de cereales siguen bloqueadas en los silos de Ucrania.

    Ucrania y Rusia son de los mayores exportadores de trigo, girasol, cebada y maíz y Rusia de fertilizantes, y su producción es vital para países importadores netos de alimentos, como muchos africanos, y para el cultivo de campos.

    El acuerdo había sido firmado el 22 de julio en la ciudad turca de Estambul con la ONU y Turquía como mediadores y garantes, y desde entonces permitió sacar 11 millones de toneladas de granos que habían quedado bloqueadas por la guerra, de los cuales alrededor del 40% fue entregado a países en desarrollo.

    El acuerdo designa tres puertos ucranianos sobre el mar Negro desde los cuales pueden salir barcos cargados con cereales para navegar por un corredor seguro hacia el mar Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo, en Estambul, Turquía.

    En Estambul, un Centro de Coordinación Conjunta (JCC) se encarga de coordinar las exportaciones de los granos y fertilizantes y de inspeccionar la carga de los barcos para garantizar que no lleven otra cosa que sea lo estipulado, como armas, por ejemplo.

    El ministro de Infraestructura ucraniano, Oleksandre Kubrakov, al dar la primicia, dijo que la prórroga del acuerdo, que expiraba el 19 de noviembre, era un paso «importante en la lucha contra la crisis alimentaria mundial».

    El mes pasado, Rusia hizo tambalear el acuerdo al suspender su participación en él luego de acusar a Ucrania de atacar sus posiciones en la península de Crimea desde un barco que recorrió los corredores habilitados.

    Rusia volvió al acuerdo días más tarde afirmando haber recibido garantías de seguridad por parte de Ucrania, aunque renovó las críticas que hizo ante obstáculos que encontró para exportar sus fertilizantes ante las sanciones que Occidente le impuso por invadir a Ucrania.

    En un comunicado, Guterres dijo que la ONU estaba «totalmente comprometida a retirar los obstáculos pendientes a la exportación de alimentos y fertilizantes de Rusia».

    Los productos agrícolas no están sujetos a las sanciones contra Rusia pero, debido a los riesgos del conflicto en el mar Negro, los armadores no aceptaban contratar sus barcos por falta de seguridad.

    Según una fuente de la ONU cercana a las negociaciones, fue necesario «trabajar duro» para encontrar la manera de garantizar las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes, apuntó la agencia AFP.

    Se pudo establecer un marco «en materia de seguros, ingreso a los puertos, transacciones financieras y acceso al transporte marítimo», coherente con los tres sistemas de sanciones en vigor de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, precisó.

    Turquía es garante del acuerdo. Foto: AFP
    «Era necesario aclarar este marco político para que los actores del sector privado vuelvan a comprometerse con Rusia», explicó la fuente.

    Por otra parte, la ONU «facilitó con carácter humanitario» la entrega de 260.000 toneladas de abonos rusos, cuyo primer cargamento irá a Malawi, uno de los países más necesitados del África meridional.

    Con el aumento de los precios del gas, Europa suspendió 70% de su producción de fertilizantes. Esta escasez y la casi ausencia de fertilizantes rusos en el mercado mundial provocan «un aumento de los precios de más del 250% con respecto a sus niveles anteriores a la pandemia de covid» en 2020, estima la ONU.

    En tanto, Rusia lanzó nuevos ataques con drones y misiles contra Ucrania, donde alcanzaron infraestructura energética, departamentos y un polígono industrial y mataron al menos a cuatro personas, informaron autoridades.

    Otras 11 personas resultaron heridas en los bombardeos, que tuvieron como blanco las ciudades de Dnipro, en el centro-este de Ucrania, la sureña ciudad portuaria de Odesa y la también sureña Vilnia, dijeron funcionarios locales.

    Los ataques coincidieron con las primeras nevadas en Ucrania, que está sufriendo cortes de electricidad generalizados como consecuencia de los ataques rusos dirigidos específicamente a las infraestructuras energéticas, según el Gobierno.

    El operador nacional de electricidad, Ukrenergo, anunció la prolongación de los cortes de electricidad este jueves debido al «empeoramiento de la situación».

    En Kiev, cubierto con un ligero manto de nieve, muchos barrios se quedaron sin electricidad.

    Los nuevos ataques llegaron luego de una ola lanzada por Rusia el martes pasado que constituyó el bombardeo más masivo contra infraestructura energética de Ucrania desde el inicio de la invasión, según Kiev.

    Ese día, un misil cayó en el este de Polonia, un país de la OTAN, y mató a dos personas.

    Ucrania acusó a Rusia de haber lanzado el misil, pero Rusia, Polonia y la OTAN dijeron que «probablemente» fue un misil disparado por las defensas antiaéreas ucranianas.