Los expertos indicaron que los cuerpos sin vida no son necesariamente recientes porque «flotan en el golfo por la gran cantidad de grasa acumulada». La hipótesis indica que podría ser consecuencia de toxinas en las microalgas que consumen para alimentarse.
Actualizamos y ampliamos la información sobre la muerte de ballenas francas adultas y juveniles en el Golfo Nuevo de Península Valdés en una nueva nota en nuestra Web 💻
— Instituto de Conservación de Ballenas (@ICB_Argentina) October 7, 2022
La aparición de los tres nuevos ejemplares es parte del fenómeno que se comenzó a observar hace 15 días y estiman que los cadáveres encontrados este fin de semana no son recientes ya que los niveles de toxina medidos en bivalvos y en muestras de agua disminuyeron ostensiblemente desde la semana pasada.
En ese sentido el director de Flora y Fauna del Chubut, Fernando Bersano, informó a Télam que «las unidades de toxina para el Golfo Nuevo bajaron de 18.000 a 2.700 Unidades Ratón (UR)».
«La ballena es una gran filtradora, come de esa manera, y al buscar los copépodos introduce también en el organismo microalgas con cargas de toxinas»
Hipótesis
Los estudios realizados sobre las muestras tomadas a los cadáveres todavía no se completaron, pero las fuentes consultadas por esta agencia interpretaron que en la crecida de los índices de toxinas está la explicación de lo ocurrido en el marco de un evento natural.
Las muertes pueden encontrar explicación en los hábitos alimentarios de la ballena Franca Austral (Eubalaena australis) que suele consumir Copépodos (pequeños seres identificados como zooplancton) en los últimos meses de la temporada, es decir octubre y noviembre.
«La ballena es una gran filtradora, come de esa manera, y al buscar los copépodos introduce también en el organismo microalgas con cargas de toxinas», teorizó el biólogo.
Se sabe que en un humano adulto el consumo de 10 mejillones contaminados por marea roja puede ser fulminante, pero aquí se trata de ejemplares con un peso que supera los 30.000 kilos, lo cual revela el alto nivel de toxinas que se ubican en registros históricos.
La respuesta a las dudas las brindará el trabajo de laboratorio cuando termine de procesar las muestras de riñón, hígado, orina, sangre y contenido gastrointestinal.
En el 2015 y en el 2021 también se produjeron muertes, producto de la marea roja, aunque no en tan poco lapso de tiempo como en esta temporada y no se descarta que aparezcan más cadáveres de ballenas en la costa.